sábado, 15 de maio de 2010

Últimas notícias de Buenos Aires...

Os aviões despencam sobre Ezeiza, Piazolla  estrebucha sobre seu bandoneon enquanto  o taxista vai dirigindo perigosamente e falando demais. Os argentinos falam demais! Os brasileiros igualmente! Os paraguaios idem! Há uma inflação de palavrórios no mundo e a terra se parece cada dia mais a um inferno de tagarelice. A língua se enrola, dá nós e voltas. Late-se. Repetem-se os mesmos movimentos com os mesmos sons e com as mesmas palavras. Os lábios, a língua, a saliva, os dentes, os maxilares, a garganta, a traquéia e a faringe, o pescoço, até as obturações tomam parte nesses festins lingüísticos de todas as horas. Mas, se não fosse a fala, talvez já tivéssemos entrado em combustão espontânea. Latir! Eis aí nosso maior ofício! Ouvir-se sistematicamente como prova de que ainda se está presente em algum lugar. Comprovar dia após dia e hora após hora –como escreve Camon - que a palavra não é o veículo e nem o signo de nosso mal, mas sim o próprio MAL. Descobrir, enfim, que é a própria língua que está doente.

http://www.youtube.com/watch?v=XLVJxxq0ncU

Um comentário:

  1. Ezio, amigo:

    Precisamente hoy, en las alturas de un piso 17 de Paseo de la Reforma, recordé mis años de universitario y se vino a la memoria tu nombre. Navegue por internet y me llevé la grata sorpresa del gran número de libros que has dado a luz, de los artículos publicados con tu autoría, de tus videos y sobre todo, de los buenos comentarios y del aprecio que tienen los brasileños por tu persona.

    Revisando tus libros publicados noté que hacía falta aquel que lleva por título “arqueología de nuestra vergüenza”, prologado por nuestro difunto amigo Juan Manuel Paredes Díaz. Y fue entonces que recordé tu departamento cerca de la Universidad, las máscaras que decoraban la pared, el gato que te acompañaba, a Giordano y a Errico, a tus visitantes femeninas, pero sobre todo a tus comentarios sobre Vargas Vila y las singulares pericias que hacías para enfrentar la vida y su devenir. También con gran cariño recuerdo tu participación como conferencista en la Semana Ácrata en Acatlán, y todo el revuelo que generó la actitud anarquista en la recatada academia.
    En verdad me da mucho gusto que sigas escribiendo con éxito y que continúes decapitando títeres (demoliendo mitos, mentiras e hipocrecías), como se dice en México.
    Me despido enviándote un fuerte abrazo

    Ernesto Aguilar Huitrón

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